Historias que la Niebla se Llevó

A veces pasa que, al caminar por las calles de Teziutlán, nos llegan aromas exquisitos, inconfundibles. Provenientes de fondas, restaurantes y puestecitos de antojitos. Teziutlán y su región son «especialmente selectos» en cuanto a la gastronomía se refiere. Para ello nos diferenciamos ampliamente con los antojitos que se preparan en la CDMX y Puebla. Muchos de ellos son de origen oaxaqueño. Pero la zona Norte de Puebla, tuvo la suerte de ser la cuna de la comida serrana de gran variedad y sabor. Los tlayoyos, las quesadillas de flor de calabaza, las gorditas y las chalupas son una variante muy contrastante con las versiones del centro del País. De los platillos típicos de esta región están; el «chilpozonte» con carne de puerco y verduras, flor de palmo con huevo, chilatole con calabacitas, bolitas de masa, queso y carne (pollo o cerdo) y para culminar; quelites encebollados con quesillo y rajas.…

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¿Dónde se divertía la jueventud en el ambiente nocturno del Teziutlán de los años ’80 y ’90s?A lo largo de esas décadas, la música había dado una evolución a ritmos mucho más atrevidos y vanguardistas. La gente joven de la época, necesitaba dar rienda suelta a esas emociones que la música, tanto en español como en inglés les transmitía. Pero hablemos del ambiente que se vivía en aquella época musicalmente hablando.En nuestras emisoras locales, no existía un programa como tal dedicado a la música del momento, pasaban ciertas canciones que estaban de moda, tales como:Español >Laureano Brizuela, Timbiriche, Flans, Hombres G, Luis Miguel, Emmanuel, Mecano, Nacha Pop, La Unión, Alejandra Guzmán, Menudo, Locomía, Magneto, Soda Estéreo, Fandango, Los Lobos, Los Fabulosos Cadillacs entre otros muchos. La agitación de la ciudad comenzaba los viernes a las 9:00pm donde se daban cita en una de las Discotecas que más haría historia en…

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Por Ignacio Machorro.Parte 1 de 2. Albores del Siglo XX. La llovizna pertinaz había hecho que las calles se cubrieran de un fango viscoso, verdadera amenaza para los transeúntes despreocupados que se veía en peligro de caer; el enlodado de las aceras se cubría de una fina alfombra verde que la humedad esparcía con prodigalidad.Llueve, llueve sin cesar y el agua transparente y delicada cae suavemente sobre la tierra, con dulzura, besándola amorosamente, sin violencias, frágil, tenuemente. La neblina como sutil y fina gasa, envueleve a la ciudad dándole el aspecto de un mar de espuma. El temporal lleva trazas de no ceder y el viejo proloquio de que el año teziuteco se compone de: «Tres meses de niebla, tres meses de lluvia, tres meses de lodo y tres meses de todo», se hace realidad. La inclemencia del tiempo va en aumento, impidiendo a la gente salir de sus casas,…

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La XEFJ fue la estación radiofónica más antigua de Teziutlán, aunque no la primera. Desde sus inicios ha estado dirigida al pueblo, por lo que tal pueblo la considera suya. 1952 marcó el año de su debut y uno de los locutores fundadores y poseedor de una gran voz fue Efrén Martínez de Íta. Nacido el 15 de septiembre de 1925, De Íta fue un hombre culto que había realizado estudios de Teología en el Seminario Mayor de Teziutlán, hoy de la Inmaculada, y del cual también fue uno de los seminaristas fundadores, junto con el Padre Hilario Hernández, Pbro. Arturo Jiménez, el Padre Chanito, Padre Lizardi, entre otros. Recibió su licencia para ejercer locución categoría ¨B¨ el 12 de diciembre de 1954. Él, junto con Don Pepe De la Vega y otros más, forman parte de la leyenda creadora de una de las estaciones más antiguas no sólo de…

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¿El nombre? No importa; o quizá ni lo tenía. Llegó a la ciudad sin conocer a nadie y hurañamente se escondió en una casita, a unas cuantas cuadras de la Administración Principal del Timbre, donde tenía su trabajo. Lo mismo en invierno que en verano, hiciera frío o calor, lloviera o tronara, usaba un viejo abrigo; el cuello subido a la altura de las orejas y el sombrero encasquetado hasta las mismas. Con puntualidad rigurosa salía de su casa recorriendo siempre el mismo tramo, con paso menudito, sin prestar atención a nadie, ansioso en su timidez de llegar cuanto antes a su destino. Pero no escapó a las burlas y sarcasmos de las Pardo, las siete hermanas famosas en Teziutlán por su inmaculada soltería y temidas por sus malas lenguas.En cuanto lo veían venir, asomadas todas al balcón y precisamente cuando pasaba debajo de este, gritaban a coro: – ¡El…

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Al negrito Jacobo rara vez se le veía por las calles de Teziutlán. Había sentado sus reales en unas piedras amontonadas cerca de un rincón del mercado, sobre las que se instalaba para vender su mercancía a los indígenas de la región. El negocio no podía ser más productivo si se tiene en cuenta que el único capital que aportaba era la paciencia, sin la cual la quiebra habría sido irremediable. Todo lo que tenía que hacer era esperar a que le creciera el cabello y con eso se acababan sus preocupaciones económicas. El dinero entraba en sus bolsillos como en las arcas de la Tesorería en época de inflación. Sin embargo, a veces la pasaba »pintas», a pesar de que difícilmente podía haber superproducción de cabello de negro, porque la demanda era constante y la oferta necesariamente limitada. Entonces el humor de Jacobo se ponía a tono con su…

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¿Cuánta gente y cuántos comercios han desaparecido ya? Aún hoy, al caminar por sus calles, nos parece deleitarnos con sus olores y sabores, algunos de los cuales solo nos queda un dejo en la memoria visual y la del paladar, como aquellos deliciosos e inigualables tacos al carbón que preparaba Don Flú (¿lo recuerdan?), de una exquisitez única y cuya receta se mantuvo siempre en secreto. Su local, de piso de tierra e interior sombrío y verdoso, estaba en la Avenida Hidalgo, pegado a lo que hoy es Deportes Leo, también de gran tradición teziuteca. Más abajo, la inolvidable dulcería Lupita y enfrente, en las afueras de lo que fue Olé Olé y Maxi, los tan añorados churros rellenos de Rodo, que despedían un olor embriagante que, de manera extraña, nos recordaba a la Feria Teziuteca de agosto. Al seguir bajando, era inevitable no detenerse a curiosear en los aparadores…

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Rubén Marín (1910 – 1980) escribió una hermosa novela ambientada en Teziutlán: Los Otros Días, apuntes de un médico de pueblo. En esta hace minucioso detalle sobre algunos personajes, calles y casas que en esa época brillaban de esplendor y vida destacando, entre otras, la llamada por él mismo Casa del Poeta. Su hija Josefina Marín de Murgasz, quien nos dijo que, según recordaba, era un caserón muy bonito ubicado en el centro, con jardines esplendorosos y patios espaciosos, con fuentes de agua y escalinatas por doquier para acceder a las numerosas habitaciones que tenía la Casa del Poeta que tanto recordaba su padre. «…Hace años. Poco tenía yo de instalado en el lugar cuando conocí La Casa del Poeta. La Casa del Poeta era, propiamente, una casa mía. Quiero explicarme. Yo no supe si la tal casa la vivía un poeta de veras o no, ni procuré indagarlo. Mejor…

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En 1971 se estrenaba en los cines de todo México; Santo y el Águila Real del director Alfredo B. Crevenna y con el reparto de actores y actrices Santo, Irma Serrano, Jorge Lavat, Juan Gallardo, Dacia González, Mario García ‘Harapos’, Carlos León, Inés Murillo, Guillermo Gálvez, Fernando Osés, Jorge Patiño, Soledad Acosta, Domenico Bazán, Carlos Suárez. La trama cuenta de cómo la rica hacendada La Tigresa sufre varios atentados y pide ayuda a Santo. Los atentados siguen pero Santo la protege y ella se enamora de él.  Las películas de luchadores marcaron un hito en el cine nacional de aquellos años, estrenándose en varias partes de Hispanoamérica, Europa y Asia. Hoy, gracias una empresa de Streaming por suscripción, nos han permitido colocar aquí un incrustado de su plataforma (de pago) para poder verla. En la cinta se pueden apreciar el Atrio de Catedral con sus danzantes y las famosas escaleras del recinto ferial de aquello años, filmada justo en la feria de nuestro…

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El presente es un relato nostálgico, el cual nos ayuda a entender cómo era la visión de un niño de 7 años en aquel Teziutlán enmarcado por el tiempo. La historia se desarrolla en 1978. Las fotografías usadas corresponden a diferentes épocas, por lo que sólo sirven para enriquecer el relato. Esperamos este sea de su agrado. Ese domingo por la tarde mi madre había terminado de cocinar. Yo me encontraba en un lado de la casa jugando con mis juguetes de madera, estos eran un tráiler y un camión de volteo. Estaba tan sumergido en mi juego, que no me daba cuenta que el Sol se había ocultado y en su lugar, nubes grises amenazaban con soltar una reverenda tormenta. Corría el mes de mayo y por las tardes casi siempre llovía, y ese día, parecía no ser la excepción. Nuestra casa tenía un solar amplio, enorme, para mis…

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