A veces pasa que, al caminar por las calles de Teziutlán, nos llegan aromas exquisitos, inconfundibles. Provenientes de fondas, restaurantes y puestecitos de antojitos. Teziutlán y su región son «especialmente selectos» en cuanto a la gastronomía se refiere. Para ello nos diferenciamos ampliamente con los antojitos que se preparan en la CDMX y Puebla. Muchos de ellos son de origen oaxaqueño. Pero la zona Norte de Puebla, tuvo la suerte de ser la cuna de la comida serrana de gran variedad y sabor.
Los tlayoyos, las quesadillas de flor de calabaza, las gorditas y las chalupas son una variante muy contrastante con las versiones del centro del País. De los platillos típicos de esta región están; el «chilpozonte» con carne de puerco y verduras, flor de palmo con huevo, chilatole con calabacitas, bolitas de masa, queso y carne (pollo o cerdo) y para culminar; quelites encebollados con quesillo y rajas. (uy, ¡ya nos dio hambre!). Dicen que el hambre es canija pero más el que se la aguanta…así que hacemos un alto y nos deleitamos con aquellos antojos teziutecos fritos en manteca y adornados con salsa roja, chipotle o verde, queso espolvoreado y, ¿porque no?, un huevo duro para acompañar los tlayoyitos.
A lo largo de la historia reciente teziuteca en lo que refiere a gustos gastronómicos únicos, nos encontramos desde los típicos puestecitos hasta las fonditas más reconocidas.
A mediados del siglo XX estos los carritos de camotes, plátanos asados y elotes también asados eran los que anunciaban la caída de la noche, la ciudad se llenaba con el sonido del silbato de vapor que indicaba el punto exacto para disfrutar, endulzados con miel y panela, eran un manjar y muchos se lanzaban a traer los suyos. Por alguna razón los elotes hervidos tuvieron más éxito y hoy en día casi no se logran ver por el centro los carritos de camotes, pero sí en ciertos barrios. La gente prefería comer antojitos y las fonditas y puestos callejeros de este índole proliferaron.
Por ejemplo, este puesto en particular (arriba) nos muestra «Doña Tere» vendiendo fuera de lo que hoy es la casa de cultura. Hubieron otros más como en la esquina de Allende y Juárez donde 2 mujeres muy reconocidas vendían, una elotes y la otra tamales pasando las 10 de la noche.
Doña Guma, (abajo) con sus ricos antojitos, chilpozos y varios platillos, se encontraba en Mina e Hidalgo.
Antojitos «Doña Mode» con ese sabor único que la caracterizaba.
Y ya hablando de establecimientos nos encontramos con «Antojitos Teziutecos» en la calle Allende, mismo ahí, casi enfrente, «Las Magos» muy querida fondita de los año’s 80’s
Nuestra gastronomía es única, y más aún saborearla en este mes patrio, con la lluviecita y el frío característico de la Sierra Norte le da un toque de verdad único y maravilloso. Y no pretendemos juzgar la gastronomía de otros lados, pero cuando voy a Puebla capital y pasamos a comer, siempre digo interiormente: Nada como la comida de mi hermosa tierra. ¿Ustedes, qué opinan?
Fuente: Recopilación de testimonios.
Fotografías: Facebook Teziutlán Desconocido | Facebook Antojitos Mexicanos la Mesilla
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