Archivo de la categoría: Personajes del Pueblo

¿El nombre? No importa; o quizá ni lo tenía. Llegó a la ciudad sin conocer a nadie y hurañamente se escondió en una casita, a unas cuantas cuadras de la Administración Principal del Timbre, donde tenía su trabajo. Lo mismo en invierno que en verano, hiciera frío o calor, lloviera o tronara, usaba un viejo abrigo; el cuello subido a la altura de las orejas y el sombrero encasquetado hasta las mismas. Con puntualidad rigurosa salía de su casa recorriendo siempre el mismo tramo, con paso menudito, sin prestar atención a nadie, ansioso en su timidez de llegar cuanto antes a su destino. Pero no escapó a las burlas y sarcasmos de las Pardo, las siete hermanas famosas en Teziutlán por su inmaculada soltería y temidas por sus malas lenguas.En cuanto lo veían venir, asomadas todas al balcón y precisamente cuando pasaba debajo de este, gritaban a coro: – ¡El…

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Al negrito Jacobo rara vez se le veía por las calles de Teziutlán. Había sentado sus reales en unas piedras amontonadas cerca de un rincón del mercado, sobre las que se instalaba para vender su mercancía a los indígenas de la región. El negocio no podía ser más productivo si se tiene en cuenta que el único capital que aportaba era la paciencia, sin la cual la quiebra habría sido irremediable. Todo lo que tenía que hacer era esperar a que le creciera el cabello y con eso se acababan sus preocupaciones económicas. El dinero entraba en sus bolsillos como en las arcas de la Tesorería en época de inflación. Sin embargo, a veces la pasaba »pintas», a pesar de que difícilmente podía haber superproducción de cabello de negro, porque la demanda era constante y la oferta necesariamente limitada. Entonces el humor de Jacobo se ponía a tono con su…

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En el diario ir y venir de nuestra vida, nos encontramos con experiencias únicas, momentos felices que se recuerdan con cariño y anhelo, esperando siempre volver al día o semana siguiente para volver a encontrarse con ese ambiente placentero. Dejamos a ustedes un relato de uno de tantos personajes, de los últimos que quedan, y que guardan un sinnúmero de anécdotas por contar. Cada vez que pasaba por la Peluquería Apolo, ubicada en las esquinas de Cuauhtémoc y Lerdo de nuestra amada Perla de la Sierra me entretenía, como muchos, observando esos curiosos recortes de periódico sobre notas del espectáculo a los que, a manera de historieta , se les había colocado un texto escrito a mano que hacía alusión a algún chiste, sàtira o picardía a polìticos y artistas del cine y la televisiòn. Los cristales de ese establecimiento estaban forrados de viñetas amarillentas y carcomidas por la polilla,…

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Cierta noche de un noviembre neblinoso y frío, de esos fríos que muerden con colmillos de hielo y embotan el alma, llegó hasta el portón de la casa de la familia Cervantes en la calle de Lerdo una mujer de origen incierto y edad incalculable, que cargaba a sus espaldas una chiquilla y portaba de la mano un mozuelo de no más de siete años de edad. Hizo sonar la aldaba tres veces. En el interior, don Rodolfo Cervantes se preparaba para dormir y se encontraba haciendo su recorrido habitual por aquella mansión para cerciorarse de que todas las puertas y ventanas estuvieran debidamente cerradas. Doña Josefa, su esposa, se alarmó sobremanera, pues no era común que alguien los visitase a las once de la noche. A decir verdad, don Rodolfo también se mostraba alarmado. Extrañados, acudieron los esposos al llamado de la puerta. Preguntaron de quién se trataba y…

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